Adiós a una compositora
Años después de haber superado una grave enfermedad y víctima de un nuevo y fulminante hachazo, en la tarde del sábado falleció en Madrid, a los cuarenta y ocho años de edad, la compositora, pianista y docente María Escribano. Se había formado en el Conservatorio de Madrid y había seguido después cursos especiales con Carmelo Bernaola, Tomás Marco, Luis de Pablo, Rodolfo y Cristóbal Halffter en distintos puntos de España, así como con Arturo Tamayo en Friburgo, Leonardo Balada en Pittsburg y Mauricio Kagel en Colonia y Darmstadt. Con una beca de la Fundación Juan March acudió a Francia para trabajar en la compañía del Roy Hart Theatre, para la que hizo «L´Histoire d´un son». A su vuelta a España, en 1982, fundó con Manuel Azquinezer el Centro de Creación Artística Agada, con el cual promovió espectáculos con música propia ofrecidos en más de un millar de representaciones por toda España. Su actividad pedagógica ha sido intensa y con especial dedicación al mundo infantil, a través de seminarios sobre voz, ritmo y movimiento, trabajando creativamente sobre cuentos tradicionales o impartiendo clases de piano.
Entre sus composiciones recordamos «Concierto para Inma», «Sin seso», «Pasajes», el ciclo de piezas pianísticas con y sin electrónica genéricamente titulado «Sortilegio» o las canciones «Tríptico Mujer-Agua» que tan sólo hace unos días estrenaron en Madrid Marta Knörr y Aurelio Viribay. La obra de María Escribano es de calidad y está llena de gestos y vivencias que a quienes tuvimos la fortuna de conocerla nos recordarán con emoción su entrañable personalidad humana.
JOSÉ LUIS GARCÍA DEL BUSTO
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete